REFLEXIONES EN EL ANDAR
¡Sociedad y Gerencia!
Inicio esta nueva experiencia de escribir en función de lo que pienso en una realidad cambiante, carente de comprensión, de entender los fenómenos que la componen, y en ocasiones con la ausencia del otro para escucharnos en un repensar permanente, intercambiando roles de objeto-sujeto y evolucionando hacia un horizonte interminable, lleno de retos y vivencias permanentes.
Los dos vocablos que titulan estos párrafos, son la excepción de un pasado y la regla del mañana, hoy la realidad global, nacional, regional y local de los Estados, le exigen a sus hombres y mujeres ejercer su rol de ciudadanos y ciudadanas en sus respectivos países, donde el reconocimiento del otro se constituya en un primer paso de convivencia para el intercambio de saberes, para conocer, aprender, pensar y hacer, en función de la realidad que vivimos, siendo coherentes entre lo que pensamos, decimos y hacemos.
Las ideas plasmadas aquí son mi verdad relativa frente al entorno, son soluciones, procesos, e iniciativas que atienden los acontecimientos y sus efectos, entendiendo que los problemas generales que afectan a la sociedad no tienen frontera sino particularidades, entre estos: la pobreza, el hambre, la respuesta de la naturaleza en su entorno, la ética, la moral, los valores, la comunicación, el compromiso, la voluntad, el SER, el HACER, y otros temas que los lectores o la realidad del momento me impulse a reflexionar.
Las sociedades en este mundo de la información deben apostar en ubicar al ser humano en el fin de sus acciones y no un medio para algo, es inaceptable las múltiples actividades de un Estado donde la persona se condiciona para actuar como medio y no como un fin en sí mismo, anteponiendo sus intereses personales en perjuicio de los colectivos, con respuestas a los problemas más coyunturales, de inmediatez antes de lo estructural. Es necesario e imprescindible humanizar todos los contextos donde el hombre y la mujer participen en lo social, económico, político, ambiental, tecnológico, entre otros. La participación debe ser vista como una herramienta de cooperación y colaboración con conciencia, libertad, activando nuestra intención en las propuestas colectivas para el diseño y construcción de la sociedad sustentable que deseamos.
La sociedad organizada, participando con conciencia, coherencia y autenticidad, es un cultivo de aprendizaje permanente, de convivencia de saberes, de creer en el otro y escucharlo, de ser feliz partiendo de la felicidad de nuestros semejantes. Como decía Leonardo Boff, entrevistado por Batalloso (2008): “No ser fiel a las razones que dan sentido a la vida significa perder la dignidad y diluir la propia identidad”. (Pág. 3)
RONMEL RANGEL
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